Barro de Portugal
La artesanía en barro de Portugal figura entre los recuerdos que el viajero suele llevarse del país. Básicamente por dos cosas: porque es de muy buena calidad y porque es muy barata.
La artesanía del barro es uno de los oficios más antiguos de Portugal. Destinos como Barcelos son algunos de los mejores lugares para comprarlos, aunque es típico de todo el país. En la ciudad del norte no solo se encuentra en el mercado semanal, también en muchos de los centros de producción que se pueden visitar y que siguen teniendo el encanto de la elaboración artesanal. Varias generaciones trabajan con las manos la tierra local: del torno salen piezas de todo tipo que se decoran y esmaltan antes de ser introducidas en el horno.
Por encima de todos los objetos está el emblemático gallo, decorado a la manera tradicional con el cuerpo negro o con versiones contemporáneas muy interesantes.
Más allá de lo decorativo, en Portugal se producen numerosos objetos destinados a la cocina: desde los recipientes para los aperitivos a los moldes para tartas, pasando por jarras y ollas de cocción.
Dicen que hay que calentar sobre el fuego una primera vez antes de usar todo aquello que esté destinado a cocinar, aunque también hay quien afirma que no es necesario. En cualquier caso, además de por la calidad, estas piezas destacan por el precio, imbatible con respecto a la artesanía que se pueda encontrar en otros países.