Burj Khalifa, el edificio más alto del mundo
El rascacielos que superó en 300 metros el edificio más alto hasta ahora, en Taipei, tiene más de 800 metros de altura. En sus 160 pisos, el Burj Dubai contiene oficinas, apartamentos y hasta un hotel Armani de lujo. Costó más de 20 millones de dólares y fue presentado hoy con bombos y platillos en la noche del emirato.
Durante la ceremonia, seguida por miles de personas en Dubái y por millones de televidentes en todo el globo, la torre fue el centro de un espectáculo de fuegos artificiales, luces de colores y aguas danzantes que se recortaban armoniosamente en el cielo nocturno del emirato.
Los primeros apartamentos de la torre, cuya forma recuerda a un cohete, comenzarán a ocuparse en febrero. Las vistas se podrán admirar desde el mirador de 442 metros del Burj, que en árabe significa torre, pero este será un privilegio no apto para los que sufran de vértigo.
“Muchos hablan, nosotros lo logramos”, reza el eslogan del jeque Mohammed bin Raschid al Maktum que hoy no sólo inauguró el rascacielos más alto del mundo, sino que también celebró su cuarto año como gobernante de Dubái.
Las compañías Emaar y Adrian Smith han construido una especie de ciudad vertical para 12.000 personas. Residencias de lujo, oficinas, restaurantes y el primer hotel decorado por el modisto italiano Giorgio Armani contribuyen a que los más ricos y exitosos del mundo se interesen por sus pisos.
Para culminar la construcción del rascacielos, de 160 pisos útiles, han trabajado ingenieros de todo el mundo. Y el resultado no está exento de polémica: mientras que algunos inversores y promotores inmobiliarios se divirtieron con la idea de la mega-estructura, defensores del medio ambiente y activistas antiglobalización acusan al “jeque Mo” de megalomanía y consideran al Burj Dubai como un símbolo de la estrategia del gobernante que se resume en la consigna “más alto, más rápido, más adelante”.
La estrategia del emirato del golfo Pérsico es a largo plazo. Saben que el petróleo nos es eterno y que deben apostar a generar ingresos con vistas al futuro. Sus magníficas islas artificiales, desiertos reverdecidos y pistas de esquí techadas buscan probar el placer por la novedad y lo insólito porque se trata de atraer al turismo internacional y apostar al potente sector de la construcción.
Según la agencia de noticias WAM, la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, envió hoy una carta de felicitación al jeque Mohammed, en la que elogia su visión y su capacidad de resistencia.
Para mantener el suspenso hasta el último minuto, se mantuvo en secreto la altura oficial del edificio que, según empleados de la empresa Emaar, es de 828 metros. Unos 1.000 agentes de policía y voluntarios fueron congregados hoy en torno a la torre para custodiar y lograr que las celebraciones transcurrieran sin imprevistos.
En un principio la inauguración, que fue aplazada varias veces, estuvo destinada a marcar una nueva fase del crecimiento de Dubái. Pero la crisis financiera mundial sacudió fuertemente al emirato, que acumula una montaña de deudas: primero se hundieron los precios inmobiliarios y luego las acciones cayeron en picado.
Por eso, el jeque Mohammed quiere utilizar la inauguración del Burj Dubai como antídoto para atraer la confianza de los inversores. El emirato solicitó a finales del pasado año una moratoria a la compañía gestora del fondo estatal Dubai World, lo que desató una caída en las bolsas de la región. Y esto hizo que el rico emirato vecino de Abu Dabi lo reemplazara.
Por este motivo, los observadores locales creen que el jeque Jalifa bin Said al Nahyan, gobernante de Abu Dabi y presidente de los Emiratos Árabes Unidos, será especialmente agasajado en la ceremonia de inauguración del Burj Dubai.
