Dubái es inolvidable, el Burj Dubái increíble
Dubái, un destino turístico de lujo en uno de los Emiratos Árabes Unidos, se extiende por más de 25 kilómetros a lo largo de la costa del golfo Pérsico. Mar y desierto rodean a la ciudad de las mega-construcciones, donde la arquitectura de vanguardia y la frivolidad forman parte de su identidad. Allí, el Burj Dubái o Burj Khalifa se levanta dominando la escena.
Dubái, un destino turístico de lujo en uno de los Emiratos Árabes Unidos, se extiende por más de 25 kilómetros a lo largo de la costa del golfo Pérsico. Mar y desierto rodean a la ciudad de las mega-construcciones, donde la arquitectura de vanguardia y la frivolidad forman parte de su identidad. Allí, el Burj Dubái o Burj Khalifa se levanta dominando la escena.
La sala de retiro de equipaje del Aeropuerto Internacional de Dubái, el más importante de Medio Oriente, es un anticipo de la escenografía del paisaje urbano. O el hotel Burj Al Arab, el más caro del mundo, construido en su propia isla artificial a casi 300 metros de la costa. Su forma semeja la vela gigante de un navío, inmóvil en el mar.
El recorrido por tierra firme comienza en el centro financiero donde se encuentran todos los hoteles, entre los cuales se destaca las Emirate Towers con sus dos torres de planta triangular que son uno de los íconos de la ciudad.
Más allá, en el distrito de Downtown Dubái, en el lago del Burj Khalifa, la Fuente de Dubái ofrece uno de los espectáculos más bellos. Enfrente, el Dubái Mall se ha convertido en el destino para compras y entretenimiento más visitado del mundo. Cuenta con una pista olímpica de patinaje sobre hielo, cine, salas recreativas y un acuario con 20.000 especies de peces.
En una de las entradas de Dubái Mall se alza Burj Dubái (o Burj Khalifa), el rascacielos más alto del mundo, con sus 828 metros de altura.
Diseñado por Skidmore, Owings and Merrill, la estructura de su base se relaciona a la forma geométrica de una flor, la Hymenocallis blanca de seis pétalos cultivada en la región de Dubái. Su núcleo consiste en una Y compuesto de tres arcos, inspirados en los domos de la arquitectura islámica, que ascienden a diferentes alturas. El exterior se encuentra recubierto por paneles de vidrio, que reflectan la luz, y secciones de aluminio y acero. Cada panel está sellado herméticamente para evitar que la temperatura, en el interior del edificio, aumente. En el piso 148, a más de 550 metros de altura, un mirador ofrece una magnífica panorámica de la ciudad y el puerto.
Dubái tiene tanto para ofrecer que se convierte en un destino inolvidable.