“El precio de la codicia” con Kevin Spacey y Demi Moore

El mundo de los negocios trae nuevamente a los cines un film digno de los grandes dramas que tienen en su eje principal a la Wall Street. Recreando la caída de la bolsa en el año 2008 en los Estados Unidos Kevin Spacey, Jeremy Irons, Paul Bettany, Demi Moore y Zachary Quinto se ponen a la cabeza de una empresa que tiene que tomar la decisión más difícil de su vida en una única noche.

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Un thriller teatral de pura ambición

Catalogar una película que supuestamente entra en el rango de “thriller” como teatral es seguramente una de las decisiones más radicales a la hora de criticar este film, pocas veces las cualidades dignas del teatro han entrado en juego en una película que tiene como eje los conflictos de la Wall Street. Lo que hace teatral este film es la increíble puesta actoral y la trama que no deja un segundo de revelar y exhibir algunas de las miserias y culpas más grandes sobre los personajes principales. Es por eso que El precio de la codicia es sobre todo una película de causa y efecto, porque las resoluciones que ocurren durante la trama no son tan interesantes como las reacciones que estas tienen entre los diferentes personajes, las duras decisiones y las consecuencias que estas traen también funcionan como el eje principal de este conflicto que sin duda está muy bien planteado. Vale también aclarar que aquellos que no les apasione el mundo del negocio tal vez encuentren este film un poco monótono o aburrido, si los números te apasionan tanto como las medidas administrativas por el contrario vas a encontrar en El precio de la codicia una película muy entretenida y atrapante. Ocurrió en muchos films de la temporada que el uso de un elenco destacado apaciguaba en muchos casos las tramas poco desarrolladas, en esta ocasión el brillante elenco de la película está completamente a la altura de los conflictos que esta entabla, conflictos que retratan uno de los momentos económicos más duros de los Estados Unidos.

El espejo de una crisis

Hace algunos años comenzó a ponerse de moda un nuevo género: “el retrato de la crisis”, es por eso que resulta bastante injusto encasillarla dentro del rango de thriller. La diferencia de ver una película de este género y ver un simple drama con conflictos económicos es que en este caso en particular los problemas que se ven en la película son problemas que le quitaron el sueño a muchos de los inversores norteamericanos. La importancia de las decisiones a tomar y las consecuencias tienen un sentido completamente diferente cuando tomamos consciencia de que estas medidas tuvieron que ser tomadas realmente por personas de similares condiciones que los personajes de ficción que vemos en El precio de la codicia. El film se centra sobre todo en la historia particular de una firma financiera de la Wall Street que debe tomar las decisiones más radicales de su existencia cuando ve venir una crisis global y pretende salvar los interés de la misma. No solo sirve como una explicación para muchos de los ciudadanos que no comprenden del todo el mundo de los negocios, sino que logra transportar al espectador al centro del eje del conflicto y lo sumerge en él hasta tal punto que lo deja pensando qué haría èl en una situación de tales proporciones.