Excursión al Cabo San Pablo en Tierra del Fuego
¿Estás en Ushuaia pero quieres entrar en contacto con la auténtica Tierra del Fuego? la excursión del Cabo San Pablo es un imprescindible. Una experiencia de día completo que no recomendamos te pierdas y que te contamos a continuación.
El Cabo San Pablo es una excursión “casi obligada” si visitas Tierra del Fuego, sobre todo si eres un amante de la naturaleza y de los paisajes indómitos. ¡Eso sí!, te advierto que tendrás que dedicarle una jornada completa pues se encuentra a unos 200 km de Ushuaia, pero la inversión de tiempo merece la pena.
A lo largo del recorrido podrás deleitarte con llanuras esteparias, playas australes azotadas por un mar tan gélido como bravo, guanacos (esas simpáticas llamas en versión argentina), bosques de lengas…. Y eso no es todo, hasta podrás visitar un buque fantasma encallado en mitad de una playa, que irremediablemente te conectará con el espíritu aventurero y misterioso de esta tierra del fin del mundo.
Antes de continuar me gustaría avisarte de que si quieres disfrutar de los paisajes más gloriosos del Cabo San Pablo (y también del resto de Ushuaia) vas a tener que usar coche. O mejor 4×4 porque en Tierra del Fuego los lugares más bellos también son recónditos y accesibles solo si cuentas con vehículo o te unes a una excursión organizada, como hicimos nosotros contratando a Kaitek viajes que nos organizó una experiencia increíble.
¡Empezamos con esta excursión al Cabo San Pablo!
En marcha por la Ruta 3
Comenzamos el día transitando la Ruta Nacional 3, un camino entre “estancias” que poco a poco nos va acercando al Océano Atlántico. ― ¿Qué es una estancia? le pregunto al guía reconociendo mi ignorancia. En el cono sur llaman estancias a lo que en otras latitudes conocemos como ranchos (o haciendas en caso de que sean más lujosas) dedicados principalmente a la agricultura y/o cría de ganado.
Asomo la cabeza y por la ventanilla me voy encontrando con esbeltos bosques de lengas, estepas con una vegetación achaparrada, pintorescas estancias, ríos y acantilados. ¡Imposible aburrirse! Aunque lo que más me gustó fue toparme con decenas de guanacos, esas curiosas y amables llamas de Tierra del Fuego, que al contrario de sus primas hermanas peruanas, viven en estado salvaje. En algún punto también divisamos cóndores planeando majestuosos sobre un limpio cielo sin una pizca de contaminación. Poco a poco nos fuimos acercando a la costa este de la península de Tierra del Fuego hasta arribar a nuestra primera parada: la Playa de Cabo Ladrillero.
Playa de Cabo Ladrillero
¡Qué ganas teníamos de estirar las piernas!
―Lo bueno se hace esperar― nos dice Lucas, nuestro guía de Kaitek.
Tiene razón. La Playa del Cabo Ladrillero presenta un paisaje conmovedor con caprichosas rocas que parecen esculpidas por un artista. La playa está alfombrada con guijarros y rocas sedimentarias. Estas formas peculiares son el sello de identidad de esta playa y claro nos hace ilusión hacernos fotos.
La mañana es fría y la bruma envuelve el lugar con un manto de mística bruma. Y cuando nos hemos cansado de meditar, mirar el mar, pasear o hacernos “selfies” regresamos al campamento base, donde nos espera una agradable sorpresa. Un Snack al aire libre, ¡pero por todo lo alto!
Riño a Lucas porque la palabra “snack” no hace justicia a lo que nos han preparado.
―¿Por qué no lo llamas Almuerzo Campero? ―le propongo. Definitivamente esto no es un pic-nic con un sándwich dentro de una bolsa de plástico. La agencia Kaitek ha desplegado todo su buen gusto y nos recibe con chocolate caliente (o té o café si lo prefieres), tortas fritas (una bollería típica de la zona) y otras delicattesen a las que no tardamos tiempo en rendir cuentas.
Se nos va el frío al instante y nos subimos al 4×4 deseosos de continuar nuestra aventura por el Cabo San Pablo de Tierra del Fuego. ¡Ahora ponemos rumbo al famoso Desdémona!
Desdémona: el barco encallado icono de una región
Entre el Cabo Ladrillero y el Cabo San Pablo, en lo que se conoce como Caleta de San Pablo, se encuentra varado el buque mercante Desdémona. Pero no está encallado en alta mar, ni siquiera a escasos metros de la costa, sino en la misma playa por lo que puedes acceder a él cuando la marea está baja.
El Desdémona se ha convertido en uno de los iconos de Tierra del Fuego, por lo que recibe bastantes turistas que no salen de su asombro. Imagínate el impacto que supone llegar a una playa y encontrarte con el casco herrumbrado de un enorme mercante alemán encallado allí desde la década de los 80.
¡La leyenda está servida! Unos cuentan que fue culpa del océano embravecido, otros dicen que fue la propia naviera quien lo hizo encallar para cobrar un millonario seguro de accidentes. La cuestión es que el Desdémona encalló con 20 tripulantes y 20 mil bolsas de cemento ¿Quién sabe cuál fue el verdadero motivo? la cuestión es que el cascarón del Desdémona descansa sobre la arena como una vieja ballena abandona a su suerte.
Como la marea está bastante baja podemos, no solo rodear el buque y hacernos fotos desde distintos ángulos, sino también acceder a su interior.
(Aquí tengo que hacer un alto. Es importante llevar calzado impermeable porque te encuentras con bastantes charcos, algunos de ellos no tan superficiales).
Nosotros no solo nos animamos a investigar las tripas del Desdémona sino que incluso trepamos por una escalinata oxidada, accediendo a los restos de su antigua carga: bolsas de cemento cubierto de verdín.
No dejo de pensar en lo jocoso del destino. La palabra Desdémona viene del griego y significa desdichada. También es el nombre que utilizó Shakespeare para bautizar a la protagonista de su drama Otelo. Menudas bromas juega el destino en esta indómita Tierra del Fuego.
Comiendo en el Camping de Miguel y Silvia en Tierra de Fuego
La comida la hicimos en el camping de Miguel y Silvia. Aviso a navegantes: ¡No es un glamping! pero si un lugar pintoresco, más atractivo al paladar que a la vista. Allí pudimos degustar las famosas empanadas de róbalo ahumado, salmón o pescado local fresco. Todo riquísimo.
Miguel y Silvia son dos anfitriones cariñosos que amenizan la comida con anécdotas y leyendas de la zona. ¡Me sorprende que puedan vivir en un lugar tan remoto pero viendo sus caras se que son felices!
No hay tiempo para mucha sobremesa porque nos queda la visita a uno de los puntos estrella de la ruta: el faro de Cabo San Pablo.
Visita al Faro Cabo San Pablo de Tierra de Fuego
Para acceder al famoso Faro del Cabo San Pablo de Tierra del Fuego realizamos un trekking, que nos llevó alrededor de una hora de ida y otra de vuelta. Se trata de una amable caminata, que tan solo cuenta con un trecho empinado, que te hace perder el resuello. El resto es muy llevadero.
Desde arriba hay unas impresionantes vistas panorámicas 360º de toda la bahía de San Pablo. Unas vistas de las que te hacen decir GUAU (o WOW si prefieres la versión más cool). Y por supuesto, ¡cómo no!, paramos para hacernos fotos en el curioso faro inclinado, conocido popularmente como el Faro de Pisa.
El culpable de su inclinación fué el terremoto de 1949 que torció tanto el faro, que obligó a construir un sustito (mucho menos estético pero más eficaz que su sucesor) que se encuentra a escasos metros de distancia. El faro inclinado se ha convertido en punto turístico tanto por su singularidad como por el paisaje que lo rodea.
Conociendo una estancia fueguina: la Estancia Pirinaica
Ya de camino de regreso a Ushuaia hicimos una última parada para visitar una auténtica estancia fueguina. La palabra estancia es un modismo que se usa en estas latitudes para designar una explotación agrícola o ganadera, bastante similar al concepto de rancho de México y Estados Unidos.
En nuestro caso visitamos la Estancia Pirinaica. Personalmente fue la parte de la experiencia Cabo San Pablo que menos llamó mi atención salvo por la curiosidad de conocer una forma distinta de vida, vertebrada en torno a la cría de ganado bovino y su esquila. Parece que la lana de esta región es de primera calidad
La estancia pirinaica no cuenta con instalaciones atractivas, ni está preparada para la visita turística. Otra cosa bien distinta es alojarse en una estancia señorial como es el caso de la Estancia Harberton que ofrece experiencias de primera fusionando lo pintoresco con el confort. Por eso, si puedes elegir, sáltate esta parada o hazla rapidita como hicimos nosotros.
Puedes leer otro artículo de este viaje que hicimos por Tierra del Fuego: Laguna Esmeralda es uno de los mejores trekkings de Tierra del Fuego
¡Por todo esto es que no te puedes perder la excursión al Cabo San Pablo y el Desdémona!
Terminamos el día llenos de emoción por el recuerdo de acantilados sobre playas brumosas, las miradas mansas de los guanacos, el faro inclinado que se mantiene de pie de milagro, el sabor de las empanadas de róbalo y el Desdémona recordándome que me encuentro en una tierra indómita de hombres y mujeres aventureros. ¡Ni más ni menos que en el fin del mundo!