El tiempo no pasa por ella. Y al mismo tiempo qué delicia es comprobar cuánto tiempo lo ha hecho ya. Roma es uno de esos rincones del mundo que enamoran. Por sus calles, por sus olores a café y a humedad, por la majestuosidad de sus edificios, por su cantidad de iglesias, por esa mezcla de riqueza y decrepitud que se esconde en cada esquina. Y tantas veces en forma de ruina.

Eva López Álvarez
Viajando aprendo: cómo es la gente, cómo son los sitios, cómo funciona el mundo, qué me gusta y qué no me gusta. Viajando me deleito: con luces diferentes, con lugares sorprendentes, hasta con cosas que no me agradan pero que celebro conocer para poder saberlo. Y, sobre todo, me lleno de energía con cada sonrisa que me brindan allá donde voy. Compartirlo a través de mis textos y mis fotos es simplemente un regalo. O, mejor dicho, un sueño que se cumple en cada ocasión.
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4 comments
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Roma es indudablemente la capital del mundo. En ella surgió nuestra civilización (sin desmerecer las aportaciones de la Antigua Grecia o de los árabes, las otras dos grandes civilizaciones de las que venimos), y por si fuera poco aún se enriqueció con la cultura del Renacimiento. Ojo, os lo dice un ateo: nada que ver con dioses ni religiones…
Y lo más loco Javier es que todo es tan palpable al día de la fecha en cada esquina que me fascina personalmente.
Efectivamnete, Roma es eterna y sus edificios con esa pátina que sólo el tiempo les otorga, hacen que sea única. Para volver una y mil veces.
Completamente de acuerdo. Asi es.